Es una suerte y un lujo tener un/a mentor/a.
A Jose María Ricarte Bescós:
Fuiste la persona que me inoculó el virus de la creatividad y me convenció para descubrir la magia de la docencia. Me animaste a buscar la idea diferente y a intentar ser siempre mejor. Me subiste la autoestima, confiaste en mi, estuviste a mi lado.
Fuiste mi consultor particular sobre la profesión, sobre mi universo y sobre mi vida. Fuiste el más valioso y desinteresado cómplice en miles de circunstancias.
Nuestra confianza mutua llegó a un momento en el que no hacíamos preguntas, "si tu me lo pides, lo hago y punto", era nuestro pensamiento implícito.
Practiqué contigo el rito maravilloso de conversar durante horas, compartir historias, preparar conferencias, intercambiar libros, escuchar música o tomar el sol en tu terraza.
Durante un año maravilloso, el equipo de implicados se reunió por la noche en tu casa, con provisiones apetitosas como la tortilla de patatas de la madre de Eli Zaragoza, el vinito, las patatas chips, los frutos secos, las chuches, el chocolate o el sushi de Albert Farré.
Recuerdo el talento de Gina Cañas, Marta Díez Lledó y Eva García Siesto, la genialidad de Dalmau Oliveras y Marc Salinas, la complicidad de Carla Lladó y Laura Pellicer, la pasión de Ivone Caus, La mirada cautivadora de Alba Eskenazzi y las apariciones estelares de Jesús Orbea, Jorge Gómez Monroy, Luis de Santiago o Guillermo Ricarte.
Tener tu confianza me dio alas, tenerte como referente me hizo ser mejor y, como tú, me sentí cómodo en la discreción y en la elegancia.
En infinidad de ocasiones pensé en qué harías en esa o aquella situación y muchas veces te lo pregunté por teléfono y me regalaste tu sabio consejo... al instante.
No tengo palabras para agradecer tu voz en el camino, tu serenidad en la reflexión y tu pasión en la mirada.
Tu brillo, tu estela, tu ilusión, tu reflejo, han iluminado a cientos de estudiantes que ahora son quienes son gracias a Ricarte.
Creo que tus hijos Pepe y Guillermo han tenido un gran referente y han sabido ser dignos sucesores de tu filosofía.
Se te hizo justicia al instaurar el Premio Nacional de Creatividad Ricarte. Nunca me han atraído los premios, pero ganarlo significó para mi mucho más que a Jordi Évole, Isabel Coixet, Steve Jobs, Umberto Eco, Ferràn Adrià o La Fura dels Baus.
No viste mi estereotipo publicado, te hubiera hecho mucha ilusión, dedicarte un libro era uno de mis mayores sueños.
Viniste a mis dos bodas, no todo el mundo puede decir lo mismo.
Tengo en un lugar destacado la coctelera que me regalaste.
Tu dedicatoria en tu libro "creatividad y comunicación persuasiva, con fecha de julio de 1998, me llegó al alma :
" A Richard Wakefield, alumno con vocación de maestro, compañero de viajes, ilusiones, poeta y amigo. Mucho Richard para tan poco libro."
Tu dedicatoria en tu libro "creatividad y comunicación persuasiva, con fecha de julio de 1998, me llegó al alma :
" A Richard Wakefield, alumno con vocación de maestro, compañero de viajes, ilusiones, poeta y amigo. Mucho Richard para tan poco libro."
Te echo de menos, dicen que ahora me toca a mi ser mentor. Intentaré parecerme a ti.


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